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Lesiones medulares: Gravedad y recuperación

Lesiones medulares: gravedad y recuperación

Cada año se registran unas 17.000 nuevas lesiones medulares en Estados Unidos. Conocer la gravedad y el proceso de recuperación de estas lesiones que cambian la vida es vital tanto si eres paciente, cuidador o defensor.

La médula espinal es una vía esencial que envía mensajes entre el cerebro y el resto del cuerpo. El daño a esta delicada estructura puede provocar la pérdida de movimiento y función, que depende de dónde se encuentre la lesión y de su gravedad.

Comprender la gravedad

Esto es lo que debe saber sobre la gravedad de las lesiones medulares (LME):

1. Clasificación de los LIC

Las lesiones medulares implican la pérdida parcial o total de comunicación por debajo de la zona dañada. Esto interrumpe la capacidad del cerebro para iniciar y controlar el movimiento y la sensibilidad en el torso y las extremidades.

La tetraplejia o cuadriplejia consiste en la parálisis de las cuatro extremidades y el torso debido a una lesión en la región cervical (cuello).Las zonas de la columna vertebral que suelen sufrir lesiones incluyen los niveles C1 a C8. Cuanto más alta es la lesión en la columna cervical, más limitada es la función respiratoria. La paraplejia afecta a la parte inferior del cuerpo, a menudo a las piernas. Es el resultado de lesiones en las regiones torácica y lumbar hasta la zona sacra, y el grado de incapacidad varía en función del nivel de la lesión.

Las personas con lesiones incompletas conservan cierto grado de sensibilidad o movimiento por debajo de la sección dañada, dependiendo de la localización. Las lesiones completas provocan una falta total de control voluntario y de sensibilidad por debajo del lugar de la lesión. La comprensión del nivel neurológico permite comprender las expectativas funcionales y las perspectivas de recuperación.

2. Escala de discapacidad ASIA

La escala ASIA (American Spinal Injury Association Impairment) califica a los pacientes de la A a la E. Estas calificaciones proceden de un minucioso examen neurológico en el que se comprueba la función motora y sensorial por debajo del nivel de la lesión. Esto es lo que significa cada grado:

  • El grado A significa una ausencia total de funciones motoras y sensoriales.
  • El grado B indica que la sensibilidad está preservada pero no la función motora.
  • El grado C se define como una función motora preservada por debajo del nivel de lesión, pero más de la mitad de los músculos clave no pueden generar movimiento contra la gravedad.
  • El grado D significa una función motora útil observada durante los exámenes físicos en los que más de la mitad de los músculos clave obtienen una puntuación de 3/5 o superior, lo que refleja la capacidad de superar la gravedad.
  • El grado E refleja hallazgos motores y sensoriales completamente normales en el examen. 

Conocer el grado ASIA proporciona datos críticos sobre el pronóstico de la futura recuperación funcional. Las directrices de la Escala de Deterioro ASIA se actualizan periódicamente, siendo la revisión más reciente la de 2019.

La escala de clasificación facilita la comunicación entre los médicos y estandariza las pruebas y la documentación. La comprensión de los resultados de la escala ASIA permite a los médicos realizar un seguimiento de las ganancias o pérdidas significativas en la preservación sensorial y el reclutamiento motor. Estos patrones orientan los planes de recuperación personalizados.

3. Factores que influyen en la gravedad

La gravedad depende de la localización del daño medular y de la amplitud de la compresión de la médula. El diagnóstico por imagen revela hernias discales o fragmentos óseos que comprimen la delicada médula aparte de la lesión primaria. Las enfermedades preexistentes también influyen en la capacidad de autocuración del organismo tras un traumatismo medular. Sin embargo, las respuestas individuales a la misma lesión medular pueden variar, influidas por factores como la respuesta del organismo al traumatismo y la capacidad de recuperación psicológica.

El camino hacia la recuperación

El camino hacia la recuperación de las lesiones medulares suele seguir el siguiente proceso:

1. La fase aguda

Al principio de la lesión, los equipos médicos trabajan para estabilizar al paciente, iniciar suavemente la rehabilitación, prevenir complicaciones como infecciones y úlceras por presión y ofrecer asesoramiento para cambios profundos en la vida. La movilidad temprana combate la pérdida de masa muscular, pero el tratamiento sigue siendo cauteloso para evitar nuevos traumatismos medulares durante este frágil periodo. Un estrecho seguimiento clínico garantiza que los problemas se aborden con prontitud.

2. Rehabilitación y más allá

A medida que los pacientes se estabilizan, las terapias ocupacional y física se centran progresivamente en el fortalecimiento de las capacidades y la adaptación a la vida diaria. El objetivo es maximizar la funcionalidad a largo plazo a pesar de las limitaciones permanentes. Esto incluye el desarrollo de la fuerza, el reentrenamiento de la marcha o la movilidad en silla de ruedas, el refuerzo de las articulaciones débiles y la selección de equipos personalizados para el autocuidado en función de la capacidad individual. Los grupos de apoyo también proporcionan empatía entre iguales junto con la fisioterapia.

3. Gestión de los efectos a largo plazo

Vivir mucho tiempo después de una lesión medular exige un autocuidado diligente para vigilar problemas como el dolor, los cambios en el intestino o la vejiga, la tensión baja y la depresión. Las rutinas sanitarias preventivas y las revisiones médicas periódicas evitan que los problemas se agraven con el paso de los meses y los años. La asistencia sanitaria a domicilio ofrece descansos al cuidador. La psicoterapia ayuda a superar el trauma tras el accidente. Mantenerse activo también combate el deterioro funcional.

Esperanza e inspiración

Los esfuerzos asistenciales actuales mejoran la calidad de vida mejor que en el pasado. Pero aún hacen falta mejores soluciones. Los nuevos tratamientos, aún experimentales, exploran la reparación de las conexiones dañadas mediante injertos celulares, andamios neuronales y estimulación eléctrica.

El éxito en la investigación animal también trae esperanza. Los esfuerzos de concienciación e inclusión ayudan a combatir el estigma y abren más oportunidades. Los grupos de apoyo empoderan a quienes se adaptan a las limitaciones, mientras que los cambios políticos pueden empoderar a todos.

Reflexiones finales

Radiografía de lesión medular

Una lesión medular lo cambia todo en un instante. Comprender la gama de discapacidades resultantes y las fases de la rehabilitación médica y la autogestión permite a los cuidadores y a las familias tomar decisiones con conocimiento de causa. Aunque las LME suponen una pérdida devastadora, siempre queda la esperanza de resistir y vivir con sentido.

Participe en la defensa de la accesibilidad, la sanidad a domicilio y el transporte. Considere la posibilidad de apoyar a organizaciones e iniciativas que financian la investigación sobre lesiones medulares y ofrecen formación a profesionales sanitarios. Pronto podrá asegurarse de que otras personas con LME reciben lo que necesitan para llevar la vida que desean.