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Cómo controlar el dolor de la artritis reumatoide en el lugar de trabajo

ra servicios para el dolor

Más de 1,3 millones de estadounidenses padecen artritis reumatoide (AR). Esta enfermedad, a menudo debilitante, puede dificultar el trabajo debido al dolor y a la pérdida de movilidad. En un estudio, uno de cada cinco pacientes con artritis reumatoide dejó de trabajar en los dos años siguientes al diagnóstico a causa de la enfermedad. Un tercio de los pacientes dejó de trabajar en un plazo de 5 años. Utilizar los servicios para el dolor de la AR y controlar su artritis reumatoide puede ayudarle a mantener su carrera profesional durante más tiempo.

Recibir tratamiento ayuda a ralentizar la progresión de la enfermedad para que no le impida realizar sus tareas laborales habituales. Sigue leyendo para encontrar formas de controlar el dolor de la artritis reumatoide en el lugar de trabajo.

¿Qué es la artritis reumatoide?

La artritis reumatoide es una enfermedad crónica que afecta a las articulaciones y está clasificada como enfermedad autoinmune. Eso significa que el organismo ataca las articulaciones como si fueran una sustancia extraña en el cuerpo.

El resultado es la inflamación de los tejidos, que provoca dolor e hinchazón.

Con el tiempo, esa inflamación daña el cartílago y los huesos de las articulaciones.

Esto puede provocar muchos problemas, como dolor, inestabilidad, rigidez, pérdida de movilidad y deformidad. Una vez que se produce el daño en las articulaciones, ya no puede revertirse. El diagnóstico y el tratamiento precoces son fundamentales para prevenir los daños.

La artritis reumatoide suele afectar a las articulaciones de rodillas, tobillos, muñecas, codos, pies y manos. Si una articulación está afectada, normalmente también lo está la otra. Si tiene artritis reumatoide en una muñeca, es probable que también la tenga en la otra.

¿Cómo afecta la artritis reumatoide al trabajo?

Los efectos de la artritis reumatoide en el trabajo dependen en gran medida de las articulaciones afectadas, la gravedad del dolor y sus tareas laborales. Los principales problemas son el dolor que le impide realizar tareas básicas y la movilidad reducida de las articulaciones afectadas, que puede interferir en algunas de sus tareas laborales.

Algunos posibles problemas son:

  • Incapacidad para permanecer sentado o de pie durante periodos prolongados
  • Dificultad para caminar largas distancias
  • Necesidad de un dispositivo para caminar, como un bastón o un andador.
  • Incapacidad para agarrar objetos con las manos
  • Dificultad para realizar la motricidad fina
  • Incapacidad para levantar o transportar objetos
  • Alcance limitado

Los analgésicos utilizados para tratar la artritis reumatoide pueden tener otros efectos en su trabajo. Algunos medicamentos provocan somnolencia o mareos, que pueden interferir en las funciones laborales.

No podrá manejar maquinaria ni conducir como parte de su trabajo debido al riesgo de accidentes de tráfico. También puede tener un tiempo de reacción más lento, lo que es peligroso en condiciones de trabajo peligrosas. La somnolencia puede interferir con su juicio, lo cual es un gran problema si es responsable de decisiones importantes para su empresa.

La artritis reumatoide también puede causar fatiga intensa. Cuando estás agotado, es difícil completar cualquier tarea laboral.

Esas limitaciones no sólo ralentizan su productividad, sino que también podrían exponerle a un mayor riesgo de sufrir lesiones en el lugar de trabajo y a un mayor riesgo de reclamaciones de indemnización por accidentes de trabajo. Cuando no eres capaz de reaccionar con rapidez o tienes una conciencia cognitiva reducida, puedes lesionarte durante tus tareas laborales.

La imprevisibilidad de la artritis reumatoide

Uno de los retos de padecer artritis reumatoide es lo impredecible que resulta. A menudo no sabes cómo te sentirás un día determinado.

Algunos días sus síntomas pueden ser mínimos y la enfermedad no interfiere en su trabajo. Otros días, incluso las tareas más básicas resultan difíciles o imposibles de realizar.

Esto puede provocar grandes cambios en tu productividad en el trabajo. Tu jefe y tus compañeros pueden preguntarse por qué tus capacidades cambian tanto de un día para otro.

Puede resultar difícil seguir el ritmo de la carga de trabajo. Una vez que te retrasas debido a un mal día, es difícil volver a ponerse al día.

También puede hacer que faltes muchos días al trabajo. Tener una lista creciente de ausencias puede hacer que tu jefe empiece a prestar más atención a lo que haces.

Dígaselo a su jefe

Puede que tenga miedo de comunicar a su jefe su diagnóstico de artritis reumatoide. A algunas personas les preocupa perder el trabajo o que las traten de forma diferente. Algunas personas se avergüenzan de tener una enfermedad o de necesitar adaptaciones para hacer su trabajo.

Pero ocultar esta información a tu jefe también podría tener efectos negativos en tu empleo.

Si tu productividad baja significativamente algunos días, puede que tu jefe se pregunte qué está pasando. Puede que recibas advertencias en el trabajo por tu falta de esfuerzo. Puede que tus compañeros empiecen a estar resentidos contigo por hacer menos o por esperar que ellos se encarguen de todo.

Tu jefe puede empezar a cuestionarse el aumento de las ausencias si tu artritis te obliga a llamar para decir que estás enfermo. Puede parecer sospechoso si faltas días de forma esporádica, que es lo que puede ocurrir con la imprevisibilidad de la artritis reumatoide.

Si mantienes informado a tu jefe, podéis trabajar juntos para encontrar una solución. Tu jefe también puede ser más comprensivo cuando tengas un día de baja productividad o tengas que faltar al trabajo.

También podéis idear juntos soluciones que os permitan seguir trabajando. Tu jefe no puede hacerte adaptaciones si no sabe que las necesitas.

La artritis reumatoide está amparada por la Ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA), lo que significa que su empresa no puede discriminarle legalmente por su enfermedad. Las empresas con 15 o más empleados están obligadas a realizar adaptaciones razonables para que puedas cumplir con tus obligaciones laborales.

Las adaptaciones tienen que ayudarle a realizar su trabajo. Tampoco pueden suponer una carga excesiva para la empresa. Esto suele significar que las adaptaciones serían demasiado caras o perturbarían la actividad empresarial.

Antes de poder beneficiarse de la ADA, tiene que informar a su empresario de su situación. No es necesario que le cuentes a tu jefe todo sobre tu enfermedad, pero tienes que explicarle lo suficiente para demostrar que tienes derecho a la protección de la ADA.

Si su artritis reumatoide está bien controlada y no interfiere en su trabajo, puede decidir no contárselo a su jefe. Es una decisión personal el momento y la cantidad de información que reveles a tu jefe.

Haga sus tratamientos

Estar al día de sus citas médicas y tratamientos puede ayudarle a mantener el dolor de la artritis reumatoide bajo control en el trabajo.

Los tratamientos de la enfermedad tienen como objetivo proteger las articulaciones de daños mayores impidiendo que la enfermedad progrese. Esto puede impedir que el dolor empeore. También puede ayudarle a mantener una mayor movilidad para que pueda seguir moviéndose bien.

De este modo, le resultará más fácil seguir desempeñando su trabajo. Si descuidas tus tratamientos y tu estado empeora, perderás más movilidad y capacidad para realizar tus tareas laborales.

La otra parte del tratamiento es el control del dolor. Mantener el dolor crónico bajo control es necesario para poder realizar las actividades cotidianas. También contribuye a su calidad de vida en general.

El tratamiento del dolor suele consistir en analgésicos. Estos fármacos pueden tener efectos secundarios, por lo que debe trabajar con su médico para encontrar un medicamento que le ayude a controlar el dolor con unos efectos secundarios mínimos. A veces, esos efectos secundarios pueden interferir en tu trabajo tanto como los síntomas de la artritis reumatoide.

La terapia de frío y calor puede proporcionarle un alivio temporal cuando sienta dolor. Alterne entre ambas para sentir cierto alivio. El calor y el frío también pueden reducir la inflamación que suele acompañar a la artritis reumatoide.

Su equipo médico elabora un plan de tratamiento en función de su situación. Siga ese plan de tratamiento con precisión para obtener el máximo beneficio del mismo.

Si cree que su tratamiento actual no le alivia lo suficiente, hable con su médico para probar algo nuevo. Cambiar la medicación o añadir otras opciones terapéuticas puede ser útil. Si la enfermedad avanza, es posible que necesite opciones más agresivas para controlarla.

Ir a fisioterapia o terapia ocupacional

La fisioterapia o la terapia ocupacional pueden formar parte de su protocolo de tratamiento. Estas dos opciones terapéuticas pueden mejorar su estado general, lo que le ayudará a mantener el dolor bajo control en el trabajo.

La fisioterapia utiliza ejercicios específicos para ayudarle a recuperar parte de su funcionalidad. Puede mejorar tus articulaciones para que puedas moverte mejor y puede ayudar a reducir el dolor que sientes.

La terapia ocupacional consiste en cambiar la forma de hacer las cosas para que resulten menos dolorosas. Este tipo de terapia puede ayudarle a encontrar nuevas formas de realizar las tareas laborales. También puede ayudarte con las actividades de la vida diaria para reducir el dolor general.

Algunas personas también recurren a la masoterapia para aliviar el dolor. Hable con su médico de lesiones o reumatólogo para averiguar si estas opciones terapéuticas pueden ayudarle a controlar el dolor.

Ejercicio

Puede que le resulte difícil moverse debido a la artritis, pero un mayor movimiento puede ayudarle a mejorar su situación. Al hacer ejercicio y mantenerse activo, las articulaciones se mantienen en movimiento y funcionan mejor. Esto puede ayudar a mejorar la amplitud de movimiento de las articulaciones.

Habla con tu equipo médico para que te recomiende ejercicios. La natación es una opción que no daña las articulaciones. También puedes caminar o montar en bicicleta.

Intenta moverte a lo largo de la jornada laboral para mantener las articulaciones en movimiento. Estar sentado mucho tiempo puede provocar rigidez o dolor en las articulaciones.

Visite una clínica del dolor

Es posible que su médico le derive a una clínica del dolor. Este centro sanitario especializado ofrece una variedad de tratamiento del dolor del dolor, no sólo medicamentos. Suelen utilizar una combinación de tratamientos físicos, conductuales y psicológicos para controlar el dolor.

Modifique su espacio de trabajo

Los cambios en su entorno laboral pueden ayudarle a sobrellevar mejor su artritis reumatoide y a seguir trabajando.

Coloca los objetos de forma que no tengas que alcanzarlos o agacharte para cogerlos. Mantener todo a un nivel cómodo te permite coger las cosas que necesitas sin incomodarte ni pedir ayuda.

Un escritorio y una silla ergonómicos pueden ayudarle a sentarse más cómodamente. Elija una silla con apoyo lumbar y reposabrazos ajustables para encontrar una postura cómoda y de apoyo. Así evitarás dolores de espalda y otras molestias.

Otra opción que puede ayudarle es un escritorio para sentarse y levantarse. Es posible que no puedas estar de pie o sentado durante mucho tiempo. Con un escritorio ajustable, puedes cambiar cuando necesites un descanso de estar de pie o sentado y seguir trabajando.

Pida alojamiento

Es posible que tengas que pedir a tu empresa adaptaciones adicionales para realizar tu trabajo.

Si el horario le resulta difícil, considere la posibilidad de pedir un horario flexible. Trabajar desde casa también puede ser más cómodo si tienes un trabajo que puedes hacer razonablemente a distancia.

Si sigues trabajando desde la oficina, podrías solicitar una plaza de aparcamiento más cercana para poder entrar fácilmente en el edificio.

Es posible que necesites más descansos para hacer frente al dolor en el trabajo. Puede que tengas que levantarte de la mesa o tomarte un tiempo para aplicarte hielo o hacer otros tratamientos.

Un código de vestimenta más holgado puede ayudarte a sentirte más cómodo. Si tienes que llevar un determinado tipo de calzado que te aprieta o te resulta incómodo, puedes pedir que te pongan algo que te quede mejor. Esto es especialmente útil si tienes los pies hinchados.

Si trabajas con un ordenador, puedes solicitar un programa de escritura a máquina. Es útil si la artritis te afecta a las manos y te resulta difícil o doloroso teclear. Los programas de dictado son una opción similar.

Documentar la discriminación

La ley ADA prohíbe la discriminación contra las afecciones cubiertas, pero es posible que su empleador intente salirse con la suya. Si crees que tu empleador empieza a tratarte de forma diferente y a discriminarte después de revelar tu enfermedad, empieza a documentar esos comportamientos.

A continuación, puede presentar una queja utilizando el procedimiento de reclamación de su empresa. Suele hacerse a través del departamento de recursos humanos. Ten preparada la documentación que respalde tus reclamaciones.

Cómo elegir el médico adecuado para el dolor de AR

Benefíciese de los servicios para el dolor por AR que le ofrece su médico para facilitarle el trabajo. Es posible que tengas que modificar tu entorno laboral y pedir adaptaciones a tu empresa.

Si padece artritis reumatoide y necesita atención médica, busque un médico hoy mismo.